“Nunca se fue, por el contrario, siempre está presente en los hechos políticos más importantes de la Argentina de los últimos años”. Así resume alguien que lo conoce muy bien a Enrique “Coti” Nosiglia la labor que éste ha venido llevando adelante en los últimos años en nuestro país.
Este hombre nacido en Misiones aunque porteño por adopción, es quien teje los hilos detrás de la candidatura presidencial de Julio Cobos y quien viene asesorando al mendocino para que no abandone todavía su cargo y siga dándole pelea desde el mismo a las decisiones que emana el matrimonio presidencial, como una manera de mantenerse en la cima política y no perder lugar en los medios masivos de comunicación.
Desde hace años que el “Monje Gris” de la política nacional, como se lo denomina a Nosiglia en la clase dirigente, viene manejando los hilos del radicalismo sin que se lo vea y sin que se hable mucho de él, más allá de que sus contactos llegan a amplios sectores de toda la dirigencia nacional, y muchos de sus más dilectos colaboradores han pasado por todos los gobiernos, cualquiera sea la ideología política del mismo.
Su astucia política, su capacidad de moverse tras las sombras y de llevar al diálogo y de conciliar posiciones, le han valido innumerables motivos de sonrisas a lo largo de su existencia. Además, su poca predisposición a aparecer en los medios de comunicación, le han suministrado a su imagen el toque de misterio que todo buen político necesita detrás de su figura para crecer y llegar a los primeros planos de la escena pública.
Ya en esta agencia de noticias, decíamos en el año 2008, cuando la crisis entre el gobierno nacional y el sector agropecuario estaba en lo más arduo, que días antes del voto “no positivo” de Julio Cobos en el Senado de la Nación sobre la Resolución 125, se sabía que en caso de llegar a un empate en la votación definitiva, el mendocino votaría en contra de los intereses del propio gobierno que él integra, por lo que la noche del 17 de julio del 208 se lo pudo ver a Nosiglia y sus acólitos por Santa Fe y Callao destapando champagne y festejando la vuelta al ruedo de la UCR como partido político de importancia en la escena pública nacional.
El escándalo de Martín Redrado y las complicaciones surgidas por el voto a favor de la remoción del ex presidente del Banco Central por parte de Julio Cobos, le devolvió a Nosiglia el entrar nuevamente en la consideración popular (algo que a él nunca le gustó), y su rol no fue para nada secundario, ya que es el único que puede merodear los pasillos que van desde el despacho del presidente del Senado hasta el Comité Nacional de la UCR , para intentar frenar los coletazos que pueda recibir el mendocino ante su accionar, que lo vio debilitarse ante la consideración popular.
Una de las novedades de la última semana no fue sólo la llegada de Marcó del Pont a la presidencia del Banco Central, sino que la no continuidad de Miguel Ángel Pesce en el cargo es una noticia que dentro del ámbito político sacudió a muchos, ya que este hombre de origen radical es al que muchos sindican como ligado al Monje Gris de la política nacional, como lo es Enrique “Coti” Nosiglia, y para muchos oficialistas si éste seguía al frente del Banco Central, era darle la derecha a Julio Cobos y aumentar los planes presidencialistas del mendocino, por lo que la llegada de Marcó del Pont significó una alegría para el kirchnerismo más duro y extremo.
A pesar de que el único cargo de importancia a lo largo de su vida lo ocupó bajo la administración de Raúl Alfonsín, cuando fue su Ministro del Interior, Nosiglia ha sido y es una de las personas más influyentes de la política nacional desde el retorno a la democracia en 1983. Fue uno de los laderos fieles del alfonsinismo, y una vez caído el gobierno radical, se convirtió en el hombre del radicalismo con mayor vínculo con Carlos Menem, gracias a la excelente relación que mantuvo y mantiene con el líder gastronómico Luis Barrionuevo.
En el año 1993, fue junto al ex presidente de Chacarita uno de los artífices del Pacto de Olivos, lo cual le posibilitó al riojano conseguir un nuevo período al frente del Ejecutivo nacional, y a partir de 1998, fue la pieza central en el articulado político más que íntimo que llevaron adelante el alfonsinismo y el duhaldismo en la provincia de Buenos Aires, que se pudo ver con mayor fuerza cuando el lomense ocupó la primera magistratura entre el 2002 y el 2003.
Nosiglia es un conspicuo hincha de Boca Juniors, que en el año 1995, cuando el actual jefe de gobierno porteño Mauricio Macri se presentó como candidato a presidente del club de la Ribera enfrentándose a los entonces todopoderosos en el club, Antonio Alegre y Carlos Heller, no dudó un minuto en comandar la campaña del empresario, y de la mano de Nosiglia Macri llegó a la primera plana de los medios y al cargo que lo supo impulsar para la carrera política que luego efectuó.
Luego fue la sombra detrás de la llegada al poder y de su continuidad por un período más en el mismo, del por demás cuestionado José María Aguilar en River Plate, ya que gracias a las bondades del radical, Aguilar llegó al puesto con el que había soñado toda su vida y en el cual estuvo durante 8 años en forma ininterrumpida.
En la actualidad, sigue manteniendo fluidos contactos con varios de los personajes más importantes del país, no sólo de la política, sino también de la cultura, economía y el deporte, lo que lo convierte en uno de los hombres a consultar sistemáticamente a la hora de las campañas, sobre todo de las internas, de las cuales ha hecho ganar a innumerable cantidad de candidatos.
En la actualidad ha recuperado la vieja relación que lo unía a sus compañeros de partida dentro del radicalismo, como lo son Federico Storani y Leopoldo Moreau, con quienes mantiene constantes charlas para tratar de que Julio Cobos no tenga resistencias dentro del radicalismo y evitar que el mendocino llegue a enfrentarse en una interna desgastante a otros nombres del centenario partido.
El “Coti” Nosiglia sin ningún lugar a dudas es el operador político por excelencia de la Argentina , que ha hecho de esta forma de vivir un hábito en la política nacional, que lo ha llevado a tener una innumerable red de contactos dentro y fuera de su partido, y que lo ha convertido en un hombre capaz de construir candidatos de la nada y llevarlos hasta el lugar que él desea que lleguen.
Su nueva aventura es llevar al vicepresidente Julio Cobos a la presidencia de la Nación el año que viene. En esa tarea se encuentra en la actualidad, y no parará hasta que sus objetivos se hagan realidad. Experiencia y capacidad no le faltan, habrá que ver si la sociedad argentina el año que viene le dará la derecha a sus deseos en el cuarto oscuro.
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