La Tecla Patagonia te muestra en exclusiva la intimidad del barrio privado más top de la ciudad de Neuquén. Las viviendas de las celebrities del lugar, las comodidades, los servicios, las actividades y todos los detalles de la vida en el Rincón
Si bien en la ciudad de Neuquén son cerca de treinta los barrios privados y cerrados que se desparraman a diestra y siniestra, sobre todo en las márgenes del río Limay, el Rincón Club de Campo es sin lugar a dudas el más selecto, antiguo y sobre todo, el que más ricos y famosos acoge en sus cuadras. La Tecla Patagonia ofrece un recorrido por las lujosas calles del club, los servicios, los detalles de la vida dentro del barrio y las viviendas de las personalidades más destacadas de la provincia que eligieron este lugar como su refugio.
A lo largo de las 75 hectáreas que lo componen, este barrio cerrado obra de una especie de fortaleza impenetrable para empresarios, profesionales exitosos y decenas de políticos de distintos partidos políticos.
Y es que son varios los factores que han coadyuvado al éxito de este club de campo que comenzó a desarrollarse en 1973. Entre ellos puede mencionarse la escasa distancia que lo separa del microcentro, la inexistencia de barrios públicos que lo rodeen, salvo por el acomodado sector de Rincón de Emilio, la privacidad que le da estar apostado sobre la margen del río Neuquén y, fundamentalmente, la creación de una calle exclusiva, que solamente puede ser utilizada para ir y venir del barrio. Pero vivir dentro de este barrio no es para cualquiera. Consultadas por este medio, desde varias inmobiliarias neuquinas, indicaron que el precio de los lotes dentro del country oscila entre los 150 mil y 180 mil dólares, dependiendo de la ubicación. Una casa estándar dentro del barrio puede costar alrededor de 400 mil dólares. Sin embargo, aclaran las fuentes, no todas las edificaciones son iguales y los montos varían de acuerdo al tipo de vivienda. “En general, las casas de los políticos, empresarios, y famosos que residen dentro del Rincón no bajan de los 700 mil dólares. Son construcciones modernas, con buenos materiales y muchos metros cuadrados”, expresa un importante empresario inmobiliario a este medio. Y si hablamos de manutención, los números no bajan. Las expensas ordinarias, es decir aquel dinero destinado únicamente a los gastos diarios como el pago de personal, los servicios, el mantenimiento de los espacios comunes, etc., son de aproximadamente 2.000 mil pesos mensuales. A éstas se suman los gastos extraordinarios que son aprobados por el consorcio en las asambleas, como por ejemplo las mejoras edilicias.
Los residentes top
Con una estricta custodia las 24 horas, este selecto barrio cuenta entre sus habitantes más afamados al ex gobernador, Pedro Salvatori, el flamante presidente de la Seccional Primera del MPN y el titular del IPVU y la ADUS, José Oser, el histórico funcionario municipal del ala del radicalismo, Carlos Yanes, y al hermano del actual Intendente la ciudad, Fausto Farizano, que además posee lotes y viviendas para alquilar.
Con pocas cuadras de distancia, viven tres referentes del Banco de la Provincia del Neuquén SA (BPN). Ellos son el mencionado José Oser, Néstor Del Campo y el actual titular del organismo, Omar Gutiérrez.
A pocos metros del ex ministro de Empresas Públicas, Alfredo Esteves, vive su ex compañero del Gabinete de Jorge Sobisch en materia de Hacienda, Claudio Silvestrini y también quien ocupó esa misma cartera, Silvio Ferracioli. Y sólo unos metros antes, reside el ex funcionario del gobierno del radical Horacio Quiroga y ex vicepresidente del barrio, Fernando Conte Mac Donell. Y un par de cuadras más allá, tiene su morada el reconocido abogado Carlos Segovia, quien tuvo entre sus clientes en varias ocasiones a Sobisch.
Si bien el hecho de vivir en el mismo barrio otorga puertas afuera del complejo un cierto nivel de igualdad entre sus residentes, puertas adentro de El Rincón el tamaño de las casas y, sobre todo, la cantidad de lotes adquiridos para construir cada casa es un elemento que divide fuertemente a sus vecinos.
Entre los que se encuentran en el selecto grupo de los dos terrenos por vivienda se encuentran Silvestrini, acodado en las unidades 119 y 120.
Entre las familias que residen en este selecto barrio también se encuentran los Gutiérrez. Es que tanto Omar Gutiérrez, el actual presidente del BPN, como su padre Omar, pueden disfrutar de sus familias yendo a pie de la casa de uno a la del otro.
Algo similar ocurre con los Salvatori, dado que mientras la impactante casa de “don” Pedro se distingue por su tamaño en el conjunto de las residencias del barrio, la de su inseparable hijo Pancho, pasa mucho más desapercibida.
La casa del ex gobernador, y actual referente de ADI -NQN, un organismo estatal destinado al desarrollo de energías renovables, es sin dudas una de las viviendas emblemáticas del selecto barrio dado que es sabido que fue la primera casa de la provincia que incorporó un ascensor para que sus habitantes suban sin hacer ningún esfuerzo a los dormitorios.
Si bien el alejamiento del barrio del ex ministro de Seguridad, Luis “Toti” Manganaro, causó preocupación entre los vecinos por la seguridad del barrio, ésta continúa siendo buena, aunque de tanto en tanto una modalidad especial de ladrones hace de las suyas en el sector. Conocidos como los “botechorros” estos delincuentes ingresan al impenetrable barrio a través de la costa del Neuquén, luego de cortar el polémico cerco que el barrio dispuso para proteger a sus habitantes. El ingreso de nuevas familias al barrio es algo que el resto de los habitantes mira con recelo. “Hace tiempo que no hay ingresos considerables dentro del barrio más allá de que hay lotes disponibles. Se cuida mucho quién viene a vivir acá y hasta te diría que se les saca una radiografía antes de darles el visto bueno”, confía a La Tecla Patagonia, un empleado del lugar. Y no está errado. Cada nuevo ingreso debe ser aprobado en una reunión de consorcio donde se exponen las características generales de la familia que va a ingresar, como ocupación o profesión, trayectoria, etc. Una vez que la mayoría lo aprueba se concreta la operación.
Lo cierto es que nada de esto ha empañado la preferencia de funcionarios políticos, destacados referentes de la provincia, empresarios, y famosos que siguen eligiendo al Rincón Club como su lugar en el mundo.
Servicios de luxe
Más allá de la seguridad y discreción que caracteriza al sector, el barrio posee una importante gama de servicios propios de un club de campo que lo distinguen del resto de los barrios privados de la ciudad.
El Club House, con sus 300 metros cuadrados de superficie, es el espacio de encuentro de los vecinos dado que posee desde una confitería, pasando por un restaurante y hasta un salón de eventos. A este espacio se suma un sauna que incorporó hace varios años la importante pileta de uso común del complejo, para la que sin embargo se debe abonar una cuota especial para nadar en ella.
Las caballerizas son un ejemplo para otros clubes, con sus 32 boxes y su pista de salto convoca a aficionados de distintas zonas de la Confluencia.
Mientras que para las mujeres del barrio, el Consorcio dispone de una amplia gama de cursos que van desde tango, pintura y hasta degustación de vinos, el tenis, pero sobre todo el golf son las actividades que mayor cantidad de seguidores concentran.
Los courts se emplazan a pocos metros del Club House y la piscina; la cancha de golf integra y recorre cada metro del country con sus 18 hoyos y así como el circuito aeróbico dedicado a los amantes del fitness, permite a lo largo de una jornada que cada jugador vea minuciosamente en qué condiciones están las casas de sus vecinos, qué cambiaron en sus jardines y cuáles son sus nuevos autos. Así como en todo barrio privado la competencia entre vecinos para tener el mejor auto o el mejor jardín es una constante repetida hasta el cansancio, la competencia por tener la mejor y más impactante casa en El Rincón parece haber llegado en su momento a una situación desopilante: en poco tiempo al menos siete de las casas del barrio fueron encargadas al mismo estudio de arquitectos, al estudio Carlos Schroeder.
La lista de clientes contempla desde los Iannaci, pasando por la imponente superficie de más de 300 metros cuadrados de los Sacheri. El funcionario municipal Carlos Yanes sumó unos metros más y alcanzó los 350 metros cuadrados. Sin embargo, poco duró ese logro, hasta que los Bradach edificaron con este estudio 500 metros cuadrados. La nómina de clientes también suma a la familia Crexell, a los Bertero y, como era de esperar a José Oser con una propiedad de tan solo 150 metros cuadrados. Es que si bien como dicen en el barrio “lo que pasa en El Rincón queda en El Rincón”, también es sabido que cada cambio y suceso es vox pópuli entre sus habitantes, un precio que deben pagar por vivir en El Rincón de los Ricos y Famosos.