La primera dama neuquina no sólo comparte su vida, desde hace algunos años, con el gobernador Jorge Sapag sino que además cuenta con un apellido de peso propio. De buena presencia, empresaria, deportista y de bajísimo perfil, pero dueña de un fuerte temperamento. Su nombre es Carolina Dolores Lanusse, más conocida como “Lola” y es la nieta del ex Presidente de la nación, Alejandro Agustín Lanusse. Quién es, cómo piensa, cuál es su incidencia dentro de las decisiones que toma su marido, cómo se viste, su rol de madre y esposa. Su pasión por los deportes, su actividad empresarial y sus antecedentes familiares. La Tecla Patagonia propone en esta cruzada realizar un repaso por la vida cotidiana de “Lola” Lanusse, la primera dama de Neuquén.

La relación con Sapag

Carolina Inés Lanusse nació el 11 de enero de 1972 en el seno de una familia de gran trascendencia política en nuestro país. Hija de Alejandro Lanusse Bell y Carola Madero de quien, según manifiestan los que la conocen más en profundidad, habría heredado el aire gallego y su carácter fuerte, prácticamente infranqueable. La esposa del Gobernador tiene 38 años y dos hermanos: Gustavo y Francisco Lanusse Madero, con quienes tiene una relación muy cercana y a la vez profunda. A pesar de haber asistido a los mejores colegios y de contar con todas las posibilidades de seguir estudios universitarios, de joven, Carolina ya mostraba sus atributos en los deportes.

Fue por este motivo que decidió convertirse en instructora de esquí, disciplina que practica con frecuencia, siempre y cuando tenga tiempo de hacerse una escapada a la alta montaña. Pero además, Lola estudió para azafata, profesión que ejerció durante algún tiempo, que le permite dominar varios idiomas y mediante la cual además conoció a su anterior pareja y padre de Nicolás, su pequeño hijo de 10 años. El pasado sentimental de Carolina está guardado bajo siete llaves en la provincia de Neuquén. Nada se sabe de su historia anterior, ni de su relación actual con el padre de su hijo.

Sin embargo, fuentes de su entorno confiaron a La Tecla Patagonia que Carolina habría conocido a su anterior pareja durante su trabajo como azafata, ya que se trataría de un piloto de avión. El hombre reside actualmente en Estados Unidos, más específicamente en Nueva York, y no tendría una relación muy asidua con la ahora primera dama provincial. Tras esta gran desilusión amorosa, Lola conoció a Jorge, y según dicen sus allegados “se enamoraron a primera vista”. El Gobernador neuquino también venía de una experiencia fallida en cuanto a lo sentimental y a pesar de la diferencia de edad (Jorge le lleva 21 años) ambos se animaron a comenzar una apasionada historia. Carolina y Jorge se conocieron en la ciudad de Buenos Aires cuando éste se desempeñaba como director ad-honorem en el bloque de senadores del Movimiento Popular Neuquino en el Congreso Nacional, cargo que ocupó desde 1983 hasta 1991.

Volviendo a la actualidad, desde el entorno de la pareja aseguran que son muy unidos y que se consultan constantemente por cualquier motivo, ya sea de índole político o de la vida cotidiana. Sin embargo, admiten que el fuerte carácter de la primera dama hace que muchas veces, las discusiones que tendrían que quedar puertas adentro, se exterioricen y sean oídas y hasta presenciadas por asesores de la Gobernación o demás integrantes del Ejecutivo.

A pesar de esto, siempre destacan lo “compañeros” y remarcan que trabajan codo a codo y que tal situación se ve reflejada en la mayoría de los actos que el mandatario debe encabezar en Neuquén Capital o en ciudades del interior, donde ella lo acompaña constantemente, como si fuera una integrante más del Gabinete. “Es una mujer común y corriente”, dice en estricto off uno de los encargados de la seguridad de la residencia de la Costa, al ser consultado precisamente por el carácter de la dama.

La influencia de Carolina en las decisiones de su marido es muy importante. Tal es así que funcionarios de la Gobernación cuentan por lo bajo que “antes de tomar cualquier decisión de envergadura, Jorge consulta a su esposa”. Lola integra el estrecho círculo de confianza del Gobernador neuquino y dicen, quienes la conocen, que a pesar de estar fuera de la política “es una gran consejera” en esta materia, debido al extenso currículum de su familia. Lola oficia de virtual secretaria privada, ya que es la persona que tiene el control de la agenda del Gobernador y la única que en un mal día puede resolver, por ejemplo, sin motivo alguno, cancelar un viaje al interior. Desde este lugar determina quien entra al despacho, logrando filtrar las visitas del primer mandatario. La última presencia en público de ambos fue durante el cierre de la feria del Bicentenario que se realizó en el espacio DUAM. Allí se los vio juntos y unidos, echando por tierra ciertas voces que hablaban de “separación”.

Pero no solo comparten cuestiones vinculadas a la gestión y a la labor diaria. Casi todas las tardes, cuando no están en Buenos Aires, Sapag y Lanusse salen a caminar por las cercanías de la residencia, a la vera del Río Limay. Los paseos, a los que suele sumarse el hijo de Carolina y la mascota de la familia, un manso perro labrador, duran algo más de cuarenta minutos. A la vuelta, todo está casi listo para la cena, que será preparada, por supuesto, por la ama de llaves de la casona, la única persona que, además de la familia, vive en forma permanente en el lugar. Otra de las cosas que comparten Sapag y su mujer es la pasión por el deporte. Sin ir más lejos, la coqueta cancha de tenis de la residencia la hizo construir el mandatario al poco tiempo de asumir su cargo. “Con plata de él, no puso dinero del Estado” aclara exaltado, pero sonriente, el hombre que mensualmente cobra un salario por dedicarse al mantenimiento, no solo de la citada cancha, sino de la residencia toda. Pero no se termina en el tenis el gusto por la actividad física de ambos. Ella, temprano por la mañana, sale a remar un rato por el Limay; situación ésta que no compartiría demasiado el Gobernador. Pero… como mencionábamos antes, es difícil decirle que “no” a la dama.

Por otra parte, Lola participa bastante seguido de competencias de maratón aventura, a las que muchas veces la acompaña Jorge (Sapag) y su hermano Francisco (Lanusse). Uno de los últimos casos se dio en San Martín de los Andes, en el Desafío de Invierno 2010, competencia en la que la pareja del Gobernador salió tercera en la categoría “Damas Mayores”, y su hermano resultó segundo en “Caballeros Mayores”. Antes, Carolina y Francisco también habían participado en otras competencias, como el conocido Salomón K-42, y en la quinta edición de la carrera Cuatro Refugios Personal - Copa Makalu 2010 que se realizó el 4 de marzo en la ciudad de San Carlos de Bariloche y que en la modalidad mixta tuvo a los hermanos Lanusse en el puesto cincuenta y tres de la clasificación general. Lo más llamativo del caso es el nombre que utilizaron para inscribir al equipo: Katraska.

Además de sus labores al lado del Gobernador neuquino, desde hace un tiempo, Carolina Inés Lanusse se dedica a la parte empresarial. Es dueña de la empresa “Pléyades SRL”, una sociedad que tiene por objeto “la realización por sí misma o por terceros de la actividad inmobiliaria mediante la compra, venta, permuta, arrendamiento, alquiler y la intermediación en la comercialización de inmuebles urbanos y rurales; la organización, desarrollo y comercialización de barrios privados cerrados, clubs de campo, cementerios privados, loteos y fraccionamientos, incluso las operaciones comprendidas en la Ley de Propiedad Horizontal”, según consta en el acta constitutiva de la compañía publicada en el Boletín Oficial. Esta empresa tiene la administración del exclusivo complejo hotelero “Antares Patagonia” (ver cuadro aparte) ubicado en San Martín de los Andes, donde Carolina pasa la mayoría de los días de la semana. El matrimonio alterna sus días entre la residencia neuquina; San Martín de los Andes, localidad donde además del hotel que administra Lola, Sapag tiene fijado domicilio; y una casa en la ribera de la zona de Tigre, provincia de Buenos Aires, donde viajan algunos fines de semana para renovar el aire.

Al contratio de otras parejas integradas por un dirigente político y una mujer reconocida, la conformada por Sapag y Lanusse respeta sus momentos de intimidad y ocio. A pesar de la diferencia de edad, y en contra de los prejuicios de muchos, el Gobernador nequino encontró en su esposa no sólo a una gran compañera, sino además a una mujer de fuerte cáracter que lo ayuda con las difíciles decisiones que a diario debe tomar por su labor.