La oposición fracasó ayer en el intento de imponer un acuerdo entre diferentes fuerzas políticas para lograr el control del Senado de la Nación y limitar la posición del kirchnerismo que, tras participar del primer tramo de la sesión preparatoria, decidió dejar sin quórum el plenario.
La ausencia del senador riojano Carlos Menem, a quien el bloque opositor contaba como aliado para lograr quórum propio e imponer su plan de reparto de las comisiones de la Cámara alta, hizo naufragar el acuerdo del radicalismo, el PJ disidente, la Coalición Cívica y el socialismo.
Cuando parecía dispuesto a aceptar la inminencia de una derrota, el oficialismo aprovechó ayer el faltazo del ex presidente para dejar sin quórum la sesión y dejar en suspenso el reparto de las 25 comisiones del Senado en las que la oposición pretendía imponer su mayoría.
La oposición buscaba quedarse con la presidencia de 13 del total de comisiones pero también imponer su mayoría en todos los cuerpos de trabajo de la Cámara alta. La propuesta incluía dejar al oficialismo la presidencia de las denominadas comisiones "de gestión".
El oficialismo intentó negociar también la posición de mayoría en esos cuerpos -Presupuesto, Relaciones Exteriores, Asuntos Constitucionales, Acuerdos y Defensa- pero la oposición se mantuvo firme en la negativa a abrir la negociación.
El jefe de la bancada radical, Gerardo Morales, fue el principal defensor del acuerdo. "El Congreso forma parte del Gobierno. Se inicia un nuevo tiempo en el que no existe un poder absoluto; el mensaje de las elecciones de junio es que debemos construir sobre la base del diálogo", juzgó.
Desde el Frente para la Victoria, el jefe de la bancada oficialista, Miguel Angel Pichetto, cuestionó la propuesta opositora por "arbitraria y abusiva".
"No comprende el derecho legítimo de la primera minoría ni se ajusta al reglamento. Quieren co-gobernar y se olvidan que el nuestro es un sistema presidencialista", diagnosticó antes de sorprender con el anuncio de que el oficialismo se retiraría del recinto.
Minutos antes de que los senadores kirchneristas se levantaran de sus bancas, los legisladores María Rosa Díaz, José Carlos Martínez, ambos del ARI de Tierra del Fuego; y Horacio Lores, del Movimiento Popular Neuquino, aliados circunstanciales del poder central, también abandonaron en el recinto.
Todos ellos habían cuestionado con matices el acuerdo presentado por la oposición con la firma de 36 senadores.
Tras el retiro del bloque kirchnerista en un paso airado en el que cayeron varios vasos al suelo, Pichetto salió a negar la existencia de una negociación secreta con Menem e insistió en reclamar una nueva negociación para el reparto de comisiones.
"El oficialismo debería quedarse con mayoría en ocho comisiones. En Asuntos Constitucionales querían poner a todos opositores invulnerables. Está claro que no quieren dialogar sino obstruir al Gobierno nacional", insistió el legislador rionegrino.
Desde la oposición, en tanto, acusaron al oficialismo de faltar a un acuerdo para tratar la integración de comisiones junto con la demorada jura de la cordobesa Norma Morandini -no había cumplido con el trámite por un viaje al exterior- y la designación de autoridades de la Cámara.
El justicialista disidente Carlos Verna y su aliado del Frente Cívico de Córdoba, Luis Juez, cuestionaron a Pichetto por "faltar a su palabra".
Antes de dejar el recinto, el kirchnerismo había conseguido ratificar como titular provisional del Senado al bonaerense José Pampuro a quien sectores del peronismo disidente proponían reemplazar por uno de los legisladores de su sector: el salteño Juan Carlos Romero. Sin el apoyo del radicalismo, el socialismo y la CC esa jugada perdió consenso.
Ayer, el peronismo disidente dijo que el faltazo de Menem fue un pase de factura al radicalismo por oponerse a quitarle a Pampuro la presidencia provisional del Senado, un puesto clave porque es el segundo en la línea de sucesión presidencial.
Como vicepresidente de la Cámara quedó el radical Juan Carlos Marino.
Sin embargo las comisiones quedaron sin conformación y por lo tanto el Senado estará paralizado hasta la próxima sesión o la siguiente. La oposición o el oficialismo necesitan reunir 37 votos para salirse con la suya.
Ayer, los opositores se mostraron confiados en que Menem asistirá el próximo miércoles.