La implementación en 2009 del plan de Asignación Universal por Hijo (AUH) por parte del gobierno nacional, donde se entrega en forma no remunerativa una suma mensual de 220 pesos para hijos de desocupados o que están en la economía informal, que perciban menos del mínimo vital y móvil, representó un fuerte golpe contra la pobreza estructural y un envión anímico para el debilitado gobierno de la presidenta Cristina Fernández.
A la hora de lanzar el programa, la jefa de Estado afirmó que "este es el sistema más redistributivo y más justo, porque paga por cada uno de los hijos, sin distinción", lo que es una gran verdad, ya que los tres millones y medio de familias que reciben este beneficio estatal, ven así la posibilidad de salir de la marginación extrema, aunque se estima que hay todavía otros 2 millones de familias que deberían cobrarla para mejorar su condición familiar y poder así salir de la pobreza, y que son cerca de 4 millones de chicos que todavía están con las necesidades básicas insatisfechas y sin recibir una comida diaria.
Quienes conocen el mundillo político, señalan que este programa fue una de las claves centrales para el triunfo apabullante de Cristina Fernández en las Primarias del pasado domingo 14 de agosto, en el que la Jefa de Estado sacó más del 50 por ciento de los votos, con un apoyo mayoritario de las personas con menor poder adquisitivo.
Un estudio realizado por la Compañía de Negocios Moiguer, señala que semanas previas al acto electoral, el 81% de los que perciben la AUH manifestaron su intención de apoyar a Cristina en las urnas, contra sólo un 19% de los beneficiarios de ese plan social indicaron que respaldarían a algún candidato de la oposición.
Casi la mitad -un 48%- de los que perciben AUH evaluaba como "buena o muy buena" su capacidad actual de consumo. La respuesta no difería tanto del promedio de la población, donde el 62% explicaba estar en la misma situación. La compra de vestimenta o calzado fue un "acto de consumo" para el 48% de quienes perciben AUH.
Dos de cada tres votantes de Cristina piensan que el rumbo es "bueno o muy bueno". En cambio, la mayoría de quienes eligen a la oposición hablan de una dirección regular (56%) o directamente "mala" o "muy mala" (31%). Los beneficiarios de planes sociales también confiesan, en su mayoría, una situación "regular" del país, con 52% de respuestas. El 28% profesa que el país está "bien" o "muy bien". Sólo el 20% piensa que el país va "mal" o "muy mal".
Este informe de esta consultora privada, indica que la Argentina de hoy es un país dividido no sólo por las diferencias políticas entre los distintos actores de la realidad nacional, sino también por las diferencias sociales que cada día son más marcadas en un país donde los que no tienen nada están totalmente marginados del sistema, y los que más tienen no dejan de ganar dinero y llenarse sus bolsillos.
A pesar del dato alentador para una mejor redistribución de la riqueza que significó el anuncio de la AUH, que es a las claras el mejor y más eficaz intento lanzado por el oficialismo para paliar las grandes deudas que se mantiene desde el poder con la mayor parte de la población que está sumergida en la miseria y la marginación, todavía no se ha podido instrumentar el proyecto a todos los que lo necesitan, y la espera se hace cada vez más urgente para millones de argentinos.
No se puede a esta altura estar discutiendo sobre la forma de medir la pobreza. Sería interesante que los dirigentes actuaran para poder solucionar este flagelo que azota a buena parte de la población, peor aún en un país que tiene potencialmente todos los elementos para erradicar este mal y que por la ineficacia de la clase dirigente, debe padecer males que en el mundo moderno tendrían que ser dejados de lado.
Si bien uno de los motivos de la victoria arrasadora de Cristina Fernández en las Primarias fue la entrega de ayuda social a los más necesitados, la misma no debe ser para siempre y buscar incluir con trabajo, educación, vivienda y salud a una gran parte de la población que el modelo neoliberal dejó afuera del mismo y que intenta poco a poco insertarse en el mundo de hoy.